El saúco, bieiteiro, bieito o biouteiro,… un montón de nombres tiene en gallego. En este caso le toca a la madera del arbusto, para eso hacemos referencia al el Consejo de la Cultura Gallega, donde encontramos un apartado dedicado a la gaita de sabugueiro o de caña (Sambucus nigra o Arundo donax)
La Gaita de caña o gaita de sabugueiro, son sencillas gaitas, propias de niños, aparecen mencionadas muy pocas veces en las coplas tradicionales, quizás por dos razones: primero porque las mujeres (niñas), principales responsables de su composición, emplearon poco o nada este tipo de instrumentos, y segundo porque los que hacen las coplas son normalmente adultos. En todo caso, Carlos Rey aún fue quien de hallar una copla en la que se refiere el uso de una gaita de sabugueiro:
“Eche moi habilidoso
o pícaro do Merlucho,
que fixo un chichiribío
co ramalliño dun sucho.”
Donde sucho es, como observa este autor, «el cañoto de un sabugueiro, con el que una vez vaciado [sic] con un punzón o una rama fina se podía hacer un silbato [sic] o una pequeña frauta» …
MÁS INFORMACIÓN:
Cómo se construye?
http://www.youtube.com/watch?v=VXqpmrucijo
Artículo completo:
http://www.consellodacultura.org/asg/instrumentos/los-aerofonos/gaita-de-caña-gaita-de-sabugueiro/
El Saúco es un arbusto caducifolio de tamaño medio (4-6 m), que en algunos casos se convierte en árbol, muy abundante en toda Europa y con espacial arraigo en la cultura gallega.
Se encuentra especialmente en las orillas de los ríos, riegos, caminos… En el interior de Ourense es muy común encontrarlo ocupando el espacio de las personas y los animales en las viviendas abandonadas, como si fuera la prolongación y el mantenimiento de la vida en el rural, especialmente en la primavera cuando florece y parece renacer la vida. Así, este arbusto con algunas pretensiones de árbol merece nuestro respeto y nuestra valoración.
De hojas verdes, aserradas, florece en la primavera de color blanco, de gran belleza y de grandes poderes curativos.
Las uvas de bruja, son el fruto del saúco, una baya en principio verde, que se va tornando roja para acabar siendo una bolita brillante de color púrpura casi negro juntas en un racimo colgante, muy atractivo para los pájaros (y para muchos humanos).
“La flor del saúco, madre, ya la tengo recogida del sereno de San Juan que sirve de medicina”. (Cabal, C. 1925, 202), canción popular asturiana de principios del siglo XX que recoge la práctica de una tradición.
Hablan de cualidades mágicas del saúco, no sabemos si son ciertas o no, lo que sí sabemos es de su alto contenido en vitamina C y fósforo.
En la composición del saúco podemos encontrar, entre otros, aceites esenciales, taninos, flavonoides, carotenos, y vitamina C y B.
El saúco es muy bueno para tratar los problemas respiratorios: favorece la sudoración, facilita la expulsión de la mucosidad, contribuye a reducir la inflamación de las vías respiratorias, a bajar la fiebre y, especialmente, a calmar la tos. Es decir, si tienes tos o catarro el sabugueiro te ayudará sin duda.
También posee propiedades depurativas y diuréticas que ayuda al organismo a eliminar toxinas.
Es calmante, útil en el tratamiento de trastornos nerviosos ligeros, tales como insomnios, migrañas, dolores de cabeza e inflamaciones dolorosas.
Y a mayores dicen, que los celtas creían que el saúco era morada de diversas divinidades por las que arrancarlo o cortarlo podía desencadenar toda clase de descalabros. Aprovechado desde la antigüedad en la medicina, formando parte de los remedios caseros hasta el uso en la medicina actual. Su uso no se limita a la medicina, su madera fue empleada para la elaboración de juguetes, instrumentos, el uso alimentario y también en las pócimas mágicas.
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